El problema
La relación de pareja sana se disfruta la mayor parte del tiempo. El problema no son las personas, sino una parte de la relación que no marcha bien. El primer paso en la terapia será encontrar eso que está fallando. Si estás en una relación en la que la mayor parte del tiempo estás enojad@, triste, angustiad@ o distante, existe un problema. El problema está en el fondo de peleas, infidelidad, distanciamiento, aburrimiento o desilusión.
Los problemas de pareja pocas veces están relacionados con la pérdida del amor. La mayoría de las veces surgen porque no sabemos comunicar lo que necesitamos o sentimos, o bien porque alguno de los roles que desempeñamos en la relación está siendo difícil: como padres, como proveedores, como organizadores del funcionamiento familiar, o en la relación con la familia política. Incluso surgen problemas cuando parece que todo es mejor. El nacimiento de un hijo, la mejoría económica, el final de una enfermedad, el cambio a la casa nueva, la graduación de los hijos.
También aparecen problemas cuando algo cambia en la familia de origen de algún miembro de la pareja: El divorcio de los padres, una enfermedad crónica, la muerte de uno de ellos. Todos ellos son problemas normales que afrontamos a lo largo de la vida, más no siempre estamos conscientes de ellos.
El problema se agudiza cuando nos culpamos o culpamos al otro por tener un problema. Esto hace que acusemos, reclamemos o incluso castiguemos a nuestra pareja por algo que probablemente es simplemente falta de información o de conciencia. Un problema de pareja es como una enfermedad: mientras más pronto lo ataques más fácil será solucionarlo.
La solución
Identificamos las cualidades que cada uno tiene para resolver el problema y los orientamos para usarlas en favor de la relación. Estamos convencidos que la mejor solución es la que viene de la misma pareja. Todas las personas somos capaces de usar nuestras mejores cualidades para enfocarnos en el logro de la armonía en pareja.
Es común que las parejas cuestionen por qué pueden tener relaciones armoniosas con amigos o colegas y no pueda ser así con su propia pareja. Nuestra capacidad para relacionarnos sigue siendo muy buena, más la dinámica de relación con esa persona específica que es nuestra pareja cae a veces en círculos viciosos de los cuales no encontramos cómo salir.
Nuestro papel es poner los elementos para que la pareja analice ese círculo vicioso, comprenda cómo es que se instauró en la relación y de allí surja la solución y se lleve a cabo. El Psicoterapeuta recabará información con la que armará en conjunto con la pareja una manera diferente y mejor de manejar la situación problemática, y la pondrá en práctica en ejercicios sencillos que pueden llevarse a casa. La armonía en pareja es como aprender a bailar. Si aprendemos cada uno de los pasos, luego podremos bailarlos con la melodía de fondo.
El beneficio
Al contar con el conocimiento adecuado para continuar construyendo la relación, será más sencillo disfrutar del amor maduro que ambos desean. Cuando rompemos los círculos viciosos recuperamos el control y la dirección de nuestra relación. En lugar de sentir que no avanzamos, que estamos atorados, empantanados, comenzamos a visualizar metas nuevas, deseos nuevos y mejores para nuestra vida en común.
La pareja, al solucionar el problema, recupera el disfrute de compartir juntos, como fue en el inicio más enriquecido con el nuevo aprendizaje, de manera que toma impulso y progresa a niveles más altos de la experiencia amorosa. El diálogo se hace sencillo, los problemas normales de la vida se resuelven con facilidad y vuelve la espontaneidad de la risa y la expresión del afecto y la sexualidad. Volvemos a desear ese tiempo de compartir con nuestra pareja, de platicarle nuestras experiencias o dudas, de divertirnos juntos y confiar en que somos equipo para realizar nuestro proyecto de vida.
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